Mani existió. Fue mi primera y tardía mascota. Llegó junto al resto de mi vida nueva. Un giro caprichoso y bienaventurado del destino que todavía hoy sigue colmando mis días de originalidad y momentos únicos.
No voy a contaros qué animalito era Mani y estropearos el final del cuento pero, como todos y cada uno de los seres vivos que habitan mi casa desde hace tiempo, tenía una personalidad inigualable y tan entrañable que no pude evitar convertirlo en personaje de esta historia para niños y no tan niños.
La única condición para disfrutarlo es que os gusten los animales de compañía.
15 mayo, 2015
Infantil